Cuando Katie Couric compartió la noticia de su diagnóstico de cáncer de mama, la ex presentadora del programa Today de NBC dijo que veía este nuevo reto de salud como un momento para animar a la gente a hacerse pruebas de detección de cáncer.
“Por favor, háganse su mamografía anual”, escribió en su página web el mes pasado. “Pero igual de importante, averigüen si necesitan pruebas adicionales”.
En el ensayo, Couric, de 65 años, explicaba que, como tiene senos densos, se hace una prueba de ultrasonido además de la mamografía todos los años para detectar el cáncer de seno. La ecografía mamaria, también llamada sonograma, utiliza ondas sonoras para tomar imágenes del tejido mamario.
A veces puede identificar tumores malignos que son difíciles de detectar en una mamografía en mujeres con pechos densos, que significa tener una alta proporción de tejido fibroso y glándulas, y menos tejido graso.
Couric, que se sometió a una colonoscopía en vivo en televisión después de que su primer esposo muriera de cáncer de colon, y que perdió a una hermana por cáncer de páncreas, lleva mucho tiempo abogando por mejores opciones de detección.
Expertos en cáncer de seno aplaudieron a Couric por llamar la atención sobre la densidad mamaria como factor de riesgo de cáncer. Pero no coinciden con su defensa de las pruebas complementarias.
“No tenemos pruebas de que la revisión auxiliar reduzca la mortalidad por cáncer de mama o mejore la calidad de vida”, dijo la doctora Carol Mangione, profesora de medicina y salud pública de UCLA que preside el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos, un grupo de expertos médicos que hace recomendaciones sobre servicios preventivos tras sopesar beneficios y daños.
Couric no respondió al pedido de comentarios.
Además de la mamografía anual, algunas mujeres con mamas densas se hacen una ecografía o una resonancia magnética para tratar de identificar las células cancerosas que no se detectan en la mamografía. En la mamografía, el tejido fibroso denso aparece de color blanco y hace más difícil ver un cáncer, que también se ve blanco. El tejido mamario graso, que aparece oscuro en la mamografía, no oculta los cánceres de mama.
Dado que la tomosíntesis digital de las mamas, o mamografía en 3D, está cada vez más extendida, un número creciente de mujeres se hace esta prueba de chequeo en lugar de la mamografía estándar en 2D.
La mamografía 3D reduce el número de falsos positivos y parece identificar más cánceres en algunas mujeres con mamas densas, aunque se desconoce el impacto en la mortalidad.
El grupo de trabajo da una calificación de “I” a la ecografía para las mujeres con mamas densas cuyos resultados de la mamografía no indican ningún problema. Esto significa que la evidencia actual es insuficiente para evaluar si los beneficios superan los daños del examen adicional.
Uno de los principales efectos nocivos que preocupa a los investigadores son los falsos positivos.
Las imágenes complementarias en mujeres que no tienen un riesgo elevado de padecer cáncer de mama pueden identificar posibles puntos problemáticos, lo que puede dar lugar a pruebas de seguimiento, como biopsias, que son invasivas y suelen aumentar el temor de las pacientes al cáncer. Pero la investigación ha descubierto que muy a menudo estos resultados resultan ser falsas alarmas.
Si 1,000 mujeres con senos densos se someten a una ecografía tras una mamografía negativa, la ecografía identificará entre dos y tres cánceres, según los estudios. Pero las imágenes adicionales también identificarán hasta 117 problemas potenciales que llevan a visitas y pruebas de seguimiento, pero que finalmente se determinan como falsos positivos.
“Por un lado, queremos hacer todo lo posible para mejorar la detección”, dijo la doctora Sharon Mass, ginecóloga y obstetra en Morristown, New Jersey, y ex presidenta de la sección de New Jersey del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. “Pero, por otro lado, hay muchos costos y angustia emocional” asociados a los resultados falsos positivos.
El grupo profesional no recomienda la revisión suplementaria para las mujeres con senos densos que no tienen ningún factor de riesgo adicional de cáncer.
Muchos otros grupos profesionales tienen una posición similar.
“Recomendamos tener una conversación con un proveedor de atención médica, y que las pacientes entiendan si sus senos son densos”, dijo Mass. “Pero no recomendamos que todo el mundo se haga la prueba”.
En particular, para aproximadamente el 8% de las mujeres que tienen senos extremadamente densos, vale la pena tener una conversación con un médico sobre la detección adicional, dijo Mass.
Del mismo modo, para las mujeres con senos densos que tienen factores de riesgo adicionales para el cáncer de mama, como antecedentes familiares de la enfermedad o un historial personal de biopsias de mama para comprobar los cánceres sospechosos, la ecografía puede tener sentido, dijo.
Las mamas densas son relativamente comunes. En Estados Unidos, se calcula que el 43% de las mujeres mayores de 40 años tiene mamas consideradas densas o extremadamente densas. Además de dificultar la interpretación de las mamografías, las mujeres con mamas densas tienen hasta el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de mama que las mujeres con senos de densidad media, según las investigaciones.
Estudios han demostrado que las mamografías reducen la mortalidad por cáncer de seno. Sin embargo, aunque parece intuitivo que un mayor número de pruebas mejore las probabilidades de vencer al cáncer, las investigaciones no han demostrado que las mujeres tengan menos probabilidades de morir de cáncer de mama si se hacen una ecografía o una resonancia magnética suplementaria tras un resultado negativo de la mamografía.
Treinta y ocho estados y el Distrito de Columbia tienen leyes que exigen que se notifique a las pacientes sobre la densidad mamaria después de una mamografía, aunque no todas ordenan que se informe a las mujeres sobre su propia situación. Algunos estados exigen que las aseguradoras cubran las pruebas complementarias.
En 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) propuso que la información sobre la densidad mamaria se incorporara a las cartas que reciben las pacientes después de una mamografía. Esa regla aún no se ha concretado, pero la agencia indicó a los legisladores que espera emitirla a más tardar a principios de 2023.
Las pruebas de imagen complementarias pueden ser caras si el plan de salud no las cubre. Una ecografía puede costar $250, mientras que un MRI puede salir $1,084 si se paga del propio bolsillo, según la Brem Foundation to Defeat Breast Cancer.
La diputada Rosa DeLauro (demócrata de Connecticut) tuiteó que está trabajando en un proyecto de ley con Couric que cubriría los MRI y las ecografías para las mujeres con mamas densas.
Algunos médicos recomiendan otras medidas que pueden ser más eficaces que las pruebas adicionales para las mujeres con senos densos que quieren reducir su riesgo de cáncer de mama.
“Si realmente quieres ayudarte a tí misma, pierde peso”, dijo la doctora Karla Kerlikowske, profesora de medicina y epidemiología/bioestadística de la Universidad de California-San Francisco, que ha desarrollado calculadoras para ayudar a las personas a evaluar su riesgo de cáncer de mama. “Modera su consumo de alcohol y evita la sustitución hormonal a largo plazo. Son cosas que puedes controlar”.
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